La fuerza del dios sol empuja a saltar y a cantar.
Liberados por el calor sentido (gran tiempo para el amor)
la vida nos lleva locos a un tiempo soñador.
Los dioses no mueren se ocultan, caras serias van a fingir,
sabiendo no obstante que siempre volverán a resurgir.
Al dios que calienta el cuerpo, sonidos fuertes por canción
pues llegan indicios claros de cambios sin dilación.
Un canto solemne y sincero al dios de la llama sin temor
pues al punto llega implacable nueva hora de pasión.
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