ÁNGEL DE SOL
Una sombra de tarde, la luz mata.
Vienes, ángel de sol, a mi ventana.
Una nube negruzca e inhumana
que a mi duende sofoca, te delata.
Tu indiferencia, siempre me remata
con su brillo sin fin de luz malsana.
Tu volar es herida que pus mana
tu mirada cadena de oro y plata.
No bailes para mí tus danzas vivas
del amor, delicado movimiento
para almas de poetas más lascivas,
pues la mía, quizás con sentimiento
de pudor, las palabras bien cautivas
guarda, en señal de triste abatimiento.
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