EL DUENDE DE LA SANGRE
El duende de la sangre trae dolor
en aquellos segundos del encuentro,
catástrofe que ocurre bien adentro
por la mirada dulce del amor.
El duende luego ríe sin parar
pues sabe que el amor es la mentira
que la calma del cuerdo rompe y tira
por gusto de besar y de abrazar.
Dios del amor y duende de la sangre
en primavera luchan en su guerra,
trayendo al corazón más de un calambre.
Al dios, el duende corta con su sierra
dejando al personal, roto y con hambre
de frutas de amor, que no de tierra.
Profundos versos.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, eres muy amable.
EliminarCuánto para pensar con estos versos que metaforizan más allá del amor, una realidad desangelada. Un abrazo.
ResponderEliminarCarlos
Me alegra enorme leerte.
EliminarUn abrazo.
Unos versos para estos tiempos más que revueltos.
ResponderEliminarTurbulentos.
EliminarEl amor pende de las más irracionales verdades, que solo el que ha sido habitado por él, sabe de ellas y de lo inexplicable de su hechizo…
ResponderEliminarComo una leyenda que se viste con tus bellos versos…
Un placer leerte, Julio.
Abrazo grande.
¡Qué bello comentario!
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