Tiene un truco especial
este político equilibrista:
fijar la vista del espectador
en el muñeco de la salud.
Lo prioritario es una curva
por eso son rectas las normas
los comportamientos estrictos
y la seguridad implacable.
El trapecista sabe que no hay solución
contra la ley de la gravedad.
El pueblo comienza a ver
y a mirar hacia otro guiñol:
allí pelea la libertad
y da palos el de la porra.
Es vital respirar sin barrotes
romper las puertas del campo
asumir el precio como adultos
y el libre albedrío responsable.
Solo los niños creen en la ficción
de que el ser humano pueda volar.
A veces vuelo
ResponderEliminarme saco los brazos
me
envuelvo en plumas y vuelo
bonito tu verso
A veces el poema habita el diminuto corazón de un pájaro.
EliminarGracias.