jueves, 1 de noviembre de 2018

Ladridos y ladridos




Hay un perro que ladra sin parar, taladrando el silencio en el que nace el poema perfecto desde su inicio. No es la contaminación acústica un hecho relevante ni portada en los periódicos nacionales. Puede el chaval de la moto alcanzar con su estruendo la cámara acorazada del Banco de la capital. Puede el joven amante de los éxitos del momento acuchillar la paz en las horas de la siesta, y en las noches que dan paso al viernes siempre negro, pueden los broncos machos que salen de tomar y tomar, ladrar más que el perro y hacer que éste sea más humano que ellos, porque calla respetuoso con los fantasmas que andan sueltos. 

5 comentarios:

  1. Todo esto es un despropósito total, aunque me ha gustado leerlo porque lo has descrito muy bonito.

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  2. No tengo duda de que hay muchos perros con más humanidad que los hombres...

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