Hay
un perro que ladra sin parar, taladrando el silencio en el que nace
el poema perfecto desde su inicio. No es la contaminación acústica
un hecho relevante ni portada en los periódicos nacionales. Puede el
chaval de la moto alcanzar con su estruendo la cámara acorazada del
Banco de la capital. Puede el joven amante de los éxitos del momento
acuchillar la paz en las horas de la siesta, y en las noches que dan
paso al viernes siempre negro, pueden los broncos machos que salen de
tomar y tomar, ladrar más que el perro y hacer que éste sea más
humano que ellos, porque calla respetuoso con los fantasmas que andan
sueltos.
Todo esto es un despropósito total, aunque me ha gustado leerlo porque lo has descrito muy bonito.
ResponderEliminarGracias, pero por lo bajini, sin gritar.
EliminarNo tengo duda de que hay muchos perros con más humanidad que los hombres...
ResponderEliminarJajaja..Qué tremenda eres.
EliminarJajjajaja sí,mi madre me lo dice mucho.
Eliminar; )