ARENOE
Suena la música de las esferas
en un poema de esencia quieta,
infinito vacío que todo lo inunda.
Arenoe se muestra clara y didáctica
en un verso construido universal
acerca del Uno que se multiplica.
«La energía ni nace ni muere
el Uno tampoco y así es eterno».
Arenoe conoce su tácita misión,
ni el aburrimiento ni la soledad
fueron la causa de la posesión,
fue la paradójica necesidad.
Mientras Ella se esfuerza, Usapio
toma el sol soñando tras sus gafas.
Él reduce todo a su tópica visión
en la que el individuo es monarca.
Arenoe seducida por su simpleza
sucumbe al placer fácil, y calla.
Usapio evita hacerse preguntas
y así cree no necesitar respuestas.
Él goza en un tiempo sin altura.
Ella atraída por la superficialidad
se vuelve anoréxica espiritual.
Ambos se dirigen a la desesperación.