Todo lo que el café lava se debe
a su genial espíritu caliente
tomarlo al viento tiene el aliciente
de saber que uno allí su mal se bebe
Al duende del café no se le canta
pues su genio no tiene poesía
sumido en la amargura todavía
a los sueños nerviosos solivianta
Por eso no bebáis café sin antes
rezar una oración por los sufridos
mujeres y hombres del amor ausentes
Su patria es el dolor y van perdidos
en busca de sus sueños y de amantes
que vieron morir verdes sus latidos
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