La enorme cristalera
de la sala de ensayo del ballet
se abre a los tejados de la ciudad,
cada gran salto de los danzantes
les trae la sensación de volar
cual aves humanas.
El vuelo da sentido a sus vidas
coloreadas por un instante
y dejan de ser las personas grises
que venían siendo.
Saben el valor de tanto sacrificio
y encuentran la razón
para amanecer un día más.
No lejos de allí
las personas grises no entienden
los colores de las cosas vivas,
se relacionan con ellas como robots
ignorando el mínimo sentido.
Mientras unas afortunadas personas
felices con su color,
aman la vida y conocen
la razón del dolor y la muerte.
Preciosos vuelos.
ResponderEliminarVolando voy. Volando el tiempo va. Imperdonable hundirse en el gris. Un abrazo.
Eliminar