Conclusión primera.
Siente el anciano prisa por nombrar
fruto de una premonición oscura.
Al niño llama verso sin dudar
y al perro como hecho bautiza.
Hechos que en sueños / leen miradas / de los versos.
Sueños del perro / pesadillas con actos negros
en las que el niño / mira asustado / feos seres
y al fin le calma / con su encantado, verso joven.
Azar el mote del árbol será
y el anciano al amante nombra "noche".
Destino y noche / luchan unidos / a la luna
bajo la copa / que el viento mueve del verde árbol.
– Azar que tiembla – / triste presagio y / mala luna.
Y al fin comprenden / que nadie vive, sin ser visto.
Nadie se salva de la rueca del azar...
ResponderEliminarBesos.
Así lo vio el poeta.
EliminarO sea que coincidisteis.
Besos.
y mientras nos ven
ResponderEliminarestamos vivos
:-)
De Perogrullo.
EliminarFeliz verano, María de la R.
jajaja
Eliminarde la erre que erre ?
jajaja
o ere
besos
y gracias me has hecho sonreír
La imagen puesta da idea del rodar de la vida y de los nudos que se entrelazan en ella.
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