DINÁMICO
La
luna, el sol, las estrellas y los dioses, cansados
de su presencia constante en el poema, explican
sus mil demonios al poeta y
cómo su esencia es un ir entre opuestos. Así
sabe el escritor la forma de decirlos siempre
como nuevo principio sin repetición. Debe
mostrar el odio en el centro de la rosa y
el amor en el diente del tigre.
La
palabra como equilibrado puente, unión
de puntos de vista del ángel y del duende en
versos con borrosas imágenes para la acción. Movilidad
con la rapidez de la vida, sangre
en pulmón y nutriente en intestino. Cambio,
frente a la estática percepción erudita.
La
palabra será novia desnuda, vestida con la
ambigua polisemia de lágrimas y risas. Vieja
rosa nacida en acantilado inaccesible, aroma
perdido en un mar iracundo, espinas
clavadas en lejanos recuerdos y color borrado por el agua del océano
social.