En nuestro inconsciente habitan
milenarios monstruos de interior
perversos y egoístas
Acumulación de recuerdos
de los millones de partos dolorosos
que nos precedieron
Conviven con una inexplicable
voluntad de vivir
capaz de afrontar tragedias inclementes
y una asombrosa esperanza
en que el amor nos salvará
justificando tamaña lucha