Nos desconvoca y a la vez convoca NEOGEMINIS a hablar de yo entre ellos.
MULTITUD ENTRE MULTITUDES
YO
Multitud de soldados bien unidos,
batallón diferente cada día
mandado por un mismo general,
yo, que ordeno luchar con energía,
disciplina ganada con los años
pues mi mente jamás desfallecía.
ELLOS
Multitud de personas entrevistas,
ejércitos también en sus batallas,
viéndose poderosos combatientes
superando las bombas y metrallas.
Enemigos y a veces aliados,
cada cual con su fe y sus agallas.
CONFLICTO
Hoy, un soldado mío se rebela
mostrando sin dudar bandera blanca.
Ejércitos amigos se entristecen
y los otros se burlan con retranca.
Mi mente ya no quiere más combates
y solo competir a la petanca,
pues la fraternidad siempre imposible
entre enemigos de la abnegación,
en esta Humanidad tan poco humana
inclinada a romper el corazón,
es un monstruo compuesto de artilugios
sin la belleza de la compasión.
Una bellísima poesía para un tema tan desolador. La guerra es un horror, pero el ser humano no aprende. Razón tienes que la humanidad es poco humana. Me gustó mucho. Un abrazo
ResponderEliminarGracias.
Eliminarasi se pierden las batallas... sin entender ni quien las armó, ni porque.
ResponderEliminarAsí se pierden, sí.
EliminarUn poema que aleja la maldad en pro de la conciliación.
ResponderEliminarOjalá fuera de verdad. Un saludo, julio.
No creo que se cumpla, no.
EliminarOndear la bandera blanca en estos tiempos, no lo considero traición, sino rectitud y humanidad.
ResponderEliminarUn enorme poema que nos hace reflexionar. Un gusto leerte. Un abrazo
El gusto es mío, de leeros.
EliminarTodas las guerras han sido un poco injustas, pero a veces si uno no detiene la horda que ataca, pues arrasan con todos.... la defensa es necesaria.
ResponderEliminarYo, bandera blanca.
EliminarTerrible y temible la masificación del humano en post de lideres y comandantes que alientan a la guerra y los enfrentamientos. Pese a padecerlos desde los inicios de nuestra historia, aún no aprendemos a resolver nuestros asuntos sin violencia. muy triste. un abrazo y muchas gracias por tu valioso aporte, Julio
ResponderEliminarGracias.
EliminarLa guerra, uno de los peores flagelos de la humanidad, un hermoso poema para el desafío, un saludo.
ResponderEliminarPATRICIA F.
De acuerdo.
EliminarMagnífica la descripción de las partes implicadas en el conflicto que es vivir y todo ello con lenguaje poético .
ResponderEliminarNo se puede pedir más.
Un abrazo
Gracias, Tracy.
EliminarLamentáblemente, en el ejército sale muy caro tener libertad de elección. Si los soldados pudieran elegir, las guerras no existirían. Intereses de unos pocos defendidos por una masa ingente que es obligada a defenderlos sin ser suyos.
ResponderEliminarBien descritos los diferentes roles.
Un abrazo.
Un abrazo.
EliminarHay humanos que sí aprenden, que quieren obrar con sensatez.
ResponderEliminarPero no siempre son escuchados.
Saludos.
Escuchar al sensato es cobardía, según dicen los generales.
EliminarYa lo has dicho, cada vez menos humanos
ResponderEliminarPeores días vendrán, me temo.
EliminarAlgo tenía de bueno la mili, aquello de integración en un grupo y la convivencia masificada por un tiempo. Aunque claro, la guerra es otra cosa.
ResponderEliminarAbrazo
Abrazo
EliminarSi quienes manejan el mundo y organizan los conflictos supieran jugar a la petanca e hicieran una quedada para dirimir sus diferencias con este sano deporte u otros, el mundo se podría pacificar o al menos quedaría abierta una vía para la reconciliación y el abandono del camino del mal.
ResponderEliminarO quizá estoy divagando en medio de una partida de ajedrez.
Saludos.
Saludos. Gracias.
EliminarMe ha gustado tu tono antibelicista de tu relato! Muy bien definido. Donde mejor que el ejercito y una guerra para perder la singularidad de cada uno? Un abrazote!
ResponderEliminarSomos múltiples y cambiantes.
EliminarAbrazo.