jueves, 2 de febrero de 2017

Alimentar la niñez


En el parque se sienta el viejo
a tomar el sol en el banco,
sobre su cabeza gravita el silencio.
Mientras, juegan los niños a distancia
bajo un estruendo brillante.

En un hueco interior del viejo
el deseo y el hambre de ternura
y en sus huesudas manos, vacío.
Mientras, los niños se dan la mano
partiendo en fila hacia la merienda.

Muere un poco más el viejo
en la tarde del silencio solitario
revolotea una mosca en su sombrero.
Mientras, los niños cazan mariposas de oro
jugando en sueños en el recreo. 

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